Los museos comunitarios son espacios fundamentales para preservar la memoria y la historia de una comunidad. En ellos se recopilan y exhiben historias y objetos que representan la identidad de un lugar y las vivencias de sus habitantes. Un ejemplo de ello es la historia de Nubia Mojica y su chappy, que forman parte de la urbanización Villa del Río 1.
Nubia, como presidenta de la junta de acción comunal de la urbanización, utiliza su chappy para recorrer el territorio y escuchar las problemáticas de su comunidad. Su presencia en la chappy se ha vuelto familiar para los vecinos, quienes saben que Nubia está siempre dispuesta a informarles sobre reuniones de la JAC, proyectos comunitarios o para resolver situaciones de seguridad.
La chappy, una moto Yamaha antigua que Nubia ha tenido durante 26 años, representa mucho más que un medio de transporte para ella. Es su compañera fiel en todos sus recorridos y simboliza su compromiso con la comunidad. A través de la chappy, Nubia se acerca a los vecinos, saluda y observa cómo amaneció la gente, creando un vínculo cercano y de confianza.
Estas historias, como la de Nubia, son las que se contarán en los museos comunitarios y espacios de memoria que se están construyendo en diferentes barrios y veredas de Villavicencio. Estos museos serán lugares donde se recopilarán y exhibirán objetos, fotografías y testimonios que representan la historia y la identidad de la comunidad.
Los museos comunitarios no solo son espacios para preservar la memoria, sino también para fortalecer el tejido social. A través de la construcción, difusión y conservación de la memoria, se promueve el sentido de pertenencia y se fomenta la participación activa de los habitantes en la construcción de su propia historia.
En conclusión, los museos comunitarios y espacios de memoria son fundamentales para preservar la historia y la identidad de una comunidad. Historias como la de Nubia y su chappy nos muestran la importancia de estar cerca de la gente y de escuchar sus voces para construir un futuro mejor.
